Los encantos y misterios de Bután, ¿por qué es considerada la nación más feliz del mundo?

Reconocido como el país más feliz de la Tierra, Bután es un pequeño reino, entre India y China, situado al pie de la gran cordillera del Himalaya, lleno de numerosas maravillas históricas, espirituales y naturales.

Bután
Reconocido como el país más feliz de la Tierra, Bután es un pequeño reino, entre India y China, situado al pie de la cordillera del Himalaya.

Reconocido como el país más feliz de la Tierra, Bután es un pequeño reino, entre India y China, situado al pie de la cordillera del Himalaya. Desde hace un par de años, tras la pandemia, Bután vuelve a abrir sus puertas a los flujos turísticos internacionales, que lo visitan cada año para admirar todas las maravillas de este pequeño estado.

Su capital es Thimphu, la ciudad más poblada del territorio. Además de la capital, las otras ciudades importantes son Punakha, una antigua ciudad del Reino importante desde el punto de vista histórico y cultural. A pesar de su pequeño tamaño, el clima varía según la altitud. Por encima de los 3000 metros el clima adquiere características de climas tropicales de alta montaña.

Por debajo de los 2000 metros prevalece un clima tropical, con una estación húmeda y lluviosa en verano (monzón del suroeste), meses fríos y secos durante el invierno.

Bhutan, Himalaya
Una de las principales características del pueblo de Bután es que intenta mejorar su nivel de vida.

A lo largo de los fondos de los valles principales, donde discurren los grandes ríos alimentados por los glaciares del Himalaya, además de inmensos bosques aún no contaminados, se desarrolla en diversas zonas la agricultura, basada en la producción de maíz, arroz, trigo, especias, patatas y árboles frutales. Es importante su producción artesanal, no sólo textil.

En la zona también prospera la cultura metalúrgica que se transmite de generación en generación. Con la asociada creación de objetos en plata, bronce y diversos tipos de metales de origen local.

Peculiaridades de la cultura de Bután

Bután tiene una monarquía constitucional gobernada actualmente por el rey Jigme Khesar Namgyal Wangchuck, quien ascendió al trono en 2006 tras la abdicación de su padre. Por línea de descendencia es el quinto rey, la casa real se estableció en 1907.

La particularidad de este territorio, enclavado en la frontera entre dos gigantes, India y China, deriva de su cultura y del deseo de mantener lo más intactas posible sus antiguas y arraigadas tradiciones.

Son tantos los lugares sugerentes que ofrece este pequeño país.

Una de las principales características del pueblo de Bután es tratar de mejorar sus niveles de vida, incluyendo el bienestar espiritual así como el bienestar material, preservando la cultura y el medio ambiente. Tratar de aumentar la felicidad del individuo es la base de su política. Es aquí donde nace la Felicidad Nacional Bruta.

¿Por qué se considera el estado más feliz del mundo?

Bután, desde hace mucho tiempo, es considerado el "país más feliz del mundo", esto se debe a que aquí siempre se ha llevado adelante la filosofía de no temer a la muerte como advertencia para mejorar el presente.

En esto, la cultura budista es la base de su pensamiento y espiritualidad. Este tipo de filosofía espiritual es profundamente sentida por el pueblo de Bután, hasta el punto de que se aplica en todos los aspectos de la vida.

Lugares únicos para visitar

Son tantos los lugares sugerentes que ofrece este pequeño país. Desde maravillosos bosques tropicales, aún exuberantes e incontaminados, hasta pueblos, ciudades antiguas y templos que esperan ser visitados.

Algunos de estos templos se encuentran en la ciudad de Thimphu, donde también se encuentra el antiguo monasterio budista. Poca curiosidad, en la capital de Bután no hay semáforos.

La cultura budista en este país es la base de su pensamiento y espiritualidad.

De gran interés histórico y arquitectónico es la antigua capital, Punakha, con su centro administrativo y religioso ubicado en un islote entre los ríos Pho Chhu y Mo Chhu.

En la ciudad también se lleva a cabo el típico Festival Punakha Tshechu, una cita imperdible entre finales de febrero y principios de marzo para captar todas las facetas y el folklore del lugar. Entre las dos ciudades es posible cruzar el paso himalayo de Dochula, un lugar caracterizado por acantilados, paisajes evocadores y numerosas banderas coloridas.