El mar gana terreno en Tabasco: la erosión costera avanza y así está cambiando su litoral
El litoral de Tabasco se está transformando. La erosión costera, acelerada por el cambio climático y las actividades humanas, está reescribiendo el mapa del Golfo de México. Lo que antes era costa, hoy es mar.
Hace cuarenta años, la playa de El Bosque, un pueblo de pescadores en el estado de Tabasco, tenía espacio para jugar al futbol, tender las redes y disfrutar del atardecer sin mojarse los pies. Pero en una década el mar avanzó aproximadamente un kilómetro sobre la costa. Hoy, el mar cubre lo que antes fue comunidad, historia, saberes y recuerdo.
Niños que se quedaron sin primaria, filas enteras de casas devoradas por la sal. ¿Imaginas sentirte tan vulnerable y en peligro, que solicites abandonar tu tierra, la de tu familia, la de tus amigos? El 7 de noviembre de 2022, los pobladores de El Bosque señalaron públicamente la necesidad de ser reubicados, haciendo un llamado urgente a los tres niveles de gobierno y a los medios de comunicación.
Esta es la historia de un litoral que se está desdibujando ante los ojos de Tabasco. Una historia triste de palmeras perdidas, escuelas consumidas por el salitre y hogares devorados por el mar. Y el primer caso oficial de una población que sufrió el desplazamiento interno debido a las consecuencias del cambio climático en México: migración climática interna.
En ese retroceso silencioso —de metros, luego kilómetros— se resume una de las transformaciones geográficas más visibles del cambio climático en México: la erosión costera por el oleaje y la elevación del nivel del mar. Y la historia de El Bosque no es aislada.
A lo largo del litoral tabasqueño —una costa baja y arcillosa que alguna vez avanzaba sobre el Golfo de México— el mar está reescribiendo límites. Lo que pareciera un ciclo natural es, en realidad, la suma de muchas huellas humanas y climáticas que están deteriorando la frontera que separa tierra y agua.
Cuando el mar gana terreno
Las zonas costeras están severamente amenazadas por el cambio climático, y el incremento del nivel del mar representa el mayor peligro. Se trata de regiones que albergan ecosistemas altamente productivos (manglares, arrecifes coralinos, lagunas costeras, marismas, estuarios, etc) y que, además, son de las regiones más pobladas.
Pero allí, donde las costas son más planas y frágiles, el suelo es blando, las olas golpean con fuerza y la orilla ya viene retrocediendo hace años, es donde el mar avanza con mayor facilidad. Y todas esas son condiciones que presenta la costa tabasqueña, constituyendo uno de los sitios más críticos en cuestiones de gestión del riesgo y vulnerabilidad climática.
Y aquí la erosión costera es un problema grave. Porque sí, es un fenómeno natural que ocurre por la acción del oleaje, las mareas, las corrientes y los vientos, y que constantemente va cambiando las costas. Perooo, en muchas regiones, este proceso se ha acelerado por actividades humanas.
La extracción de arena, la construcción de diques, presas y plataformas petroleras, el bloqueo del drenaje pluvial, la destrucción de dunas y la deforestación de manglares, han vuelto las costas más fácilmente erosionables. Y, por supuesto, el cambio climático agrava la situación. El aumento del nivel del mar, asociado al calentamiento global, es clave.
Una costa que se borra
Tabasco tiene uno de los litorales más vulnerables de México ante el incremento del nivel del mar. Se trata de 191 km de costa con un relieve casi plano que hace que cada ola, cada “norte”, cada marea de tormenta, se adentre más de lo esperado y la línea de costa retrocede cada vez más ante el imponente paso del mar. Los municipios de Paraíso y Centla son de los más vulnerables.
Las tasas de retroceso varían entre 2.3 y 3.3 m por año, aunque en puntos críticos, como El Bosque o Barra de Tupilco, para abril de 2023 el mar había avanzado hasta 90 m en menos de dos años (18 meses). ¡Casi cinco metros por mes! Una tendencia preocupante que ha ido en aumento en los últimos años. Y este retroceso tiene varias causas.
Entre ellas, tenemos la reducción de sedimentos que antes traían los ríos Grijalva y Usumacinta, la pérdida de manglares que servían de escudo natural y las construcciones que interrumpen el movimiento de las olas. A eso, sumémosle el ascenso constante del mar impulsado por el cambio climático, que en el Golfo de México se estima en aproximadamente 1 cm por año.
Cifras de vulnerabilidad y sal en México
Ante el paulatino aumento del nivel del mar, Tabasco, Campeche, Quintana Roo y Yucatán son los estados más vulnerables en México, debido al porcentaje de superficie afectada. Sin embargo, en términos de habitantes, el estado de Veracruz presenta la población más vulnerable, seguido por Tamaulipas, Quintana Roo, Campeche, Yucatán y Tabasco.
Suponiendo un escenario de aumento de 1 metro del nivel del mar, el estado con mayor superficie afectada sería Tabasco con más del 21 % de su territorio, mientras que la población más vulnerable sería la de Veracruz, con más de 1 millón de habitantes afectados y Quintana Roo sufriría los efectos en el 81.1 % de su población.
Y ante esta situación, no hay soluciones simples. Algunos tramos costeros podrán estabilizarse; otros deberán reubicarse. Mientras, la erosión costera no solo borra playas, borra historias. Y cada metro de costa es parte de un sistema donde lo fluvial, lo atmosférico y lo humano se entrelazan. Toca preguntarnos, ¿cuánto más estamos dispuestos a ceder?
Referencias de la noticia
El mar está reclamando sus costas: efectos y consecuencias en Tabasco. 2023. Rodimiro Ramos Reyes. Presentación en Juventud ConCiencia, en El Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR).
Implicaciones de la potencial elevación del nivel del mar para la población costera de Tabasco, México. 2023. Lilia Gama Campillo, Hilda María Díaz López, Ricardo Collado Torres, María Elena Macías Valadez Treviño, Ena Edith Mata Zayas y José Manuel Figueroa MahEng. Estudios Demográficos y Urbanos Vol. 38 (1).
Zonas costeras bajas en el Golfo de México ante el incremento del nivel del mar. 2010. J.A. Carbajal Domínguez. Vulnerabilidad de las zonas costeras mexicanas ante el cambio climático.