Misión JUNO de la NASA descubre compuestos orgánicos en la Luna más grande de Júpiter

Los datos recopilados por la misión Juno de la NASA indican que un pasado peculiar puede estar burbujeando en la superficie del satélite más grande de Júpiter.

La misión Juno forma parte del programa Nuevas Fronteras de la NASA, gestionada por el Jet Propulsion Laboratory y administrada en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales en Huntsville, Alabama y bajo la dirección del investigador Scott Bolton, del Southwest Research Institute en San Antonio ha observado algo sin precedentes.

La misión encontró sales minerales y compuestos orgánicos en la superficie de la luna Ganímedes de Júpiter. Los datos para este descubrimiento fueron recopilados gracias al espectrómetro Jovian InfraRed Auroral Mapper (JIRAM) a bordo de la nave espacial durante un sobrevuelo cercano a la luna helada.

Los hallazgos, que podrían ayudar a los científicos a comprender mejor el origen de Ganímedes y la composición de sus profundidades oceánicas, se publicaron el 30 de octubre en la revista Nature Astronomy.

Este gran descubrimiento marca un precedente en la investigación planetaria, abriendo nuevas perspectivas y preguntas acerca de los procesos geológicos y químicos que han moldeado la superficie y el interior de Ganímedes y su relación con Júpiter a lo largo de millones de años.

¿Satélite o mundo misterioso?

Más grande que el planeta Mercurio, Ganímedes es la mayor de las lunas de Júpiter y durante mucho tiempo ha sido de gran interés para los científicos debido al vasto océano interno de agua escondido debajo de su corteza helada.

Observaciones espectroscópicas anteriores realizadas por la nave espacial Galileo de la NASA y el Telescopio Espacial Hubble, así como por el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO), insinuaron la presencia de sales y compuestos orgánicos, pero la resolución de esas observaciones era demasiado baja como para concluir algo.

El 7 de junio de 2021, Juno sobrevoló Ganímedes a una altitud mínima de 1,046 kilómetros. Poco después del momento de máxima aproximación, el instrumento JIRAM adquirió imágenes infrarrojas y espectros infrarrojos (esencialmente las huellas químicas de los materiales, según cómo reflejan la luz) de la superficie de la luna.

Construido por la Agencia Espacial Italiana, Agenzia Spaziale Italiana, JIRAM fue diseñado para capturar la luz infrarroja (invisible a simple vista) que emerge desde lo más profundo de Júpiter, sondeando la capa climática hasta 50 a 70 kilómetros por debajo de las cimas de las nubes del gigante gaseoso.

Un informe peculiar

El instrumento también se ha utilizado para ofrecer información sobre el terreno de las lunas Ío, Europa, Ganímedes y Calisto (conocidas colectivamente como las lunas galileanas por su descubridor, Galileo).

Los datos de Ganímedes obtenidos durante el sobrevuelo alcanzaron una resolución espacial sin precedentes para espectroscopía infrarroja: mejor que 1 kilómetro por píxel.

Con lo que pudieron detectar y analizar las características espectrales de compuestos del hielo de agua, incluidos el cloruro de sodio hidratado, el cloruro de amonio, el bicarbonato de sodio y posiblemente los aldehídos alifáticos.

La presencia de sales amoniacales sugiere que Ganímedes pudo haber acumulado materiales lo suficientemente fríos como para condensar amoníaco durante su formación

Dijo Federico Tosi, coinvestigador de Juno del Instituto Nacional de Astrofísica de Italia en Roma y autor principal del artículo. Esto debido a que las sales de carbonato podrían ser restos de hielos ricos en dióxido de carbono, un marcador de moléculas orgánicas.

Explorando otros mundos jovianos

Los modelos anteriores del campo magnético de Ganímedes determinaron que la región ecuatorial de la luna, hasta una latitud de aproximadamente 40 grados, está protegida del bombardeo energético de electrones e iones pesados creado por el infernal campo magnético de Júpiter, pues la presencia de tales flujos de partículas afecta negativamente a las sales y los compuestos orgánicos.

Durante el sobrevuelo de junio de 2021, JIRAM cubrió un rango estrecho de latitudes (10 grados norte a 30 grados norte) y un rango más amplio de longitudes (menos 35 grados este a 40 grados este) en el hemisferio orientado a Júpiter.

Encontrando la mayor abundancia de sales y compuestos orgánicos en los terrenos oscuros y brillantes en latitudes protegidas por el campo magnético. Esto sugiere que estamos viendo restos de una salmuera oceánica profunda que llegó a la superficie de este mundo helado.

Ganímedes no es el único mundo joviano por el que Juno ha pasado volando. La luna Europa, que se cree que alberga un océano bajo su corteza helada, también estuvo bajo la mirada de Juno, primero en octubre de 2021 y luego en septiembre de 2022. El próximo acercamiento a otra luna, en este caso Io, un mundo adornado por volcanes, está programado para el 30 de diciembre.

La relevancia de esta misión va más allá del sistema de satélites jovianos, pues los conocimientos que se adquieran pueden ser cruciales para entender la evolución de los exoplanetas y sus satélites a lo largo de todo el Universo.