Rusia vuelve a la Luna: después de 47 años de haber detenido su programa lunar, la Federación Rusa esta de regreso

RosCosmos reactiva su programa lunar con la misión Luna-25 después de 47 años de parar operaciones, lanzanda en un Soyuz 2.1b desde el nuevo cosmódromo de Vostochny.

El cohete Soyuz-2.1b en el complejo de lanzamiento del cosmódromo de Vostochni. Crédito fotografía: Sputnik / Roskosmos

En el momento en que los Estados Unidos ganaron la carrera espacial, llegando primero a la Luna con su programa Apollo, el 20 de julio de 1969. La Unión Soviética detuvo su programa de exploración.

De hecho la última misión en esta carrera del país soviético fue Luna-24, un módulo lunar impulsado por el cohete Soyuz y que se detuvo siete años después de que el país norteamericano diera el “gran paso para la humanidad”.

De ahí en adelante, tanto la Unión Soviética, como la actual Rusia no tuvieron grandes avances en la exploración espacial, o por lo menos no hacia la Luna, las pocas que realizaron, se estrellaron de forma estrepitosa.

Hasta esta semana, cuando el 11 de agosto reactivaron con éxito su programa, lanzando en el cosmódromo de Vostochny, la Misión Luna-25 a bordo de un cohete Soyuz-2.1b. Al tiempo que sale este artículo, la nave está viajando hacia nuestro satélite.

Una nueva carrera espacial

Si bien el cerco no sólo informativo, sino en muchos aspectos alrededor de Rusia es notable, La ciencia espacial, a través de Roscosmos, no ha cesado de colaborar con sus pares internacionales.

Una muestra es el cosmódromo de Baikonur, en el cual opera Roscosmos y donde se realizan lanzamientos hacia la Estación Espacial Internacional, y que ha seguido funcionando con relativa normalidad.

Pero no sólo Roscosmos o la NASA han seguido operando y mandando misiones a diversos cuerpos del Sistema Solar, sino que se han unido muchos países como India, Japón, Emiratos Árabes, la Unión Europea y China.

China, país que ha mandado con su programa Chang-E incluso robots al lado oculto de la Luna, ha logrado germinar una planta, ha mapeado en HD toda la superficie lunar y ha contribuido de forma importante a encontrar evidencia de agua en nuestro satélite.

Agua en la Luna

El que se hayan encontrado yacimientos de agua congelada en cráteres lunares en el polo sur, e incluso agua en la delgada y casi inexistente atmósfera lunar, ha hecho que las agencias espaciales volteen nuevamente a verla con interés.

Y puesto que la carrera para llegar a Marte es un hecho, todos los países tratan de establecer una base en la Luna pues, de confirmarse la existencia de agua, la harían el lugar ideal para asentarse y de ahí partir hacía el planeta rojo, pues su menor gravedad ayudaría a gastar menos combustible en un despegue.

Ésto, ha hecho que salgan personalidades de varias agencias a hacer declaraciones con respecto a la nueva carrera espacial, como Bill Nelson, director de la NASA quien recientemente mencionó:

Estados Unidos no considera a Rusia participante en la nueva carrera espacial, solo Washington y Beijing participan en ella.

Al parecer, no contaba con el ingenio soviético y que Roscosmos, con sus propios recursos, sacara de entre las cenizas su programa lunar para enviar una misión hacia el Polo Sur Lunar, donde se establecerá la Sonda Luna-25 y de ser así, probablemente monopolice el recurso hídrico al completarse con éxito la misión.

Misión: Luna-25

A mediados de los noventas, planearon descender un modulo denominado "Lunar-Glob",equipado con instrumentos para detectar agua congelada en un cráter polar. Sin embargo se decantaron por la exploración de Marte y no fue sino hasta 2010 cuando Roscosmos decidió crear una sonda robótica: Luna-25

Todos los estudios los realizará con un equipamiento de primera, desde los propulsores de aterrizaje, los tanques de combustible, los paneles solares y equipo de comunicación que suma alrededor de 615 kilogramos de peso (1,750 ya con combustible), en un volumen de 3 metros de alto por 3.7 de ancho.

Instrumentos de Luna-25 Crédito imagen: NPO Lávochkin

Cuenta con un Brazo Robótico Lunar (LRA, por sus siglas en inglés) para extraer y recolectar las muestras del suelo lunar, conocido como 'regolito', a profundidades de 20 a 30 centímetros.

En cuanto a los instrumentos científicos, tiene ocho:

  1. ADRON-LR, un espectrómetro de rayos gamma y neutrones para estudiar el regolito superficial.
  2. ARIES-L, encargado de detectar la partículas cargadas y neutras en la exosfera polar.
  3. LIS-TV-RPM es un espectrómetro infrarrojo que mide el agua superficial y el hidróxido (OH) y está montado en el LRA.
  4. LASMA-LR, un espectrómetro de masas que medirá la composición de muestras de regolito del LRA mediante ablación láser.
  5. Detector PML que estudiará el polvo en la exosfera polar.
  6. STS-L es un sistema de imágenes panorámicas y locales.
  7. THERMO-L estudiará las propiedades térmicas del regolito y
  8. Un panel retrorreflector láser montado en el módulo de aterrizaje.

Se prevé que las velocidades de transmisión de datos a la Tierra sean de 4 mega-bits por segundo.

Lanzamiento y recorrido

Aunque en un inicio se planeó lanzarlo en el cosmódromo de Baikonur, al final decidieron no sólo cambiar el sitio, sino mudar todo el nuevo programa lunar hacia el cosmódromo de Vostochny, al oriente de Rusia, debido a que es una sonda relativamente pequeña y con un cohete mediano sería suficiente.

Para esta ocasión, Luna-25 se lanzó a bordo de la etapa superior Fregat, que está instalada en el cohete Soyuz 2.1b. El Fregat es un derivado del cohete Molniya-M, que envió muchas estaciones interplanetarias al espacio.

Trayectoria de vuelo Tierra-Luna: Crédito imagen: NPO Lávochkin

Después de completar varias etapas de vuelo llegará a su destino. Primero, el cohete Soyuz 2.1b colocará al Fregat en la órbita terrestre y alcanzar una órbita de transferencia lunar. A una distancia de 3,000 kilómetros de la Tierra, el Fregat se separará de Luna-25 para que esta continúe con su trayectoria.

Tras una serie de maniobras, descenderá lentamente para alunizar cerca del polo sur. En alguna de las tres áreas que eligieron los científicos, siendo la principal la que se encuentra al norte del cráter Boguslavsky, mientras que las de reserva están al suroeste del cráter Manzini y al suroeste del cráter Pentland.

Estas zonas de aterrizaje, en el polo sur, tienen forma elíptica, con ejes de 15 por 30 kilómetros, con el fin de que Luna-25 no vaya a volcarse al momento de descender. Anteriormente sólo habían conseguido colocarse en la zona ecuatorial.

Distribución del hielo en las áreas de aterrizaje del Luna 25. Crédito imagen: Roskosmos

En caso de que la misión tenga éxito, Rusia se convertirá en el primer país en aterrizar una sonda robótica en busca de agua que opere en la superficie lunar, estudiando el regolito, el polvo y las partículas exosféricas durante, por lo menos un año.