Un estudio finalmente muestra cómo los lazos sociales fuertes ralentizan el proceso de envejecimiento
¿Cómo influye el entorno social en nuestra salud? No solo psicológicamente, sino también a nivel molecular. Un estudio realizado en Estados Unidos, demuestra que personas con vínculos sociales estables presentan un envejecimiento biológico más lento y niveles de inflamación bajos.

El estudio examinó a más de 2100 adultos con una edad promedio de 55 años. Se registraron sus experiencias sociales, como actividades religiosas, amistades, relaciones familiares y apoyo emocional, así como un amplio espectro de marcadores biológicos, incluyendo relojes de metilación del ADN, marcadores inflamatorios y hormonas del estrés.
El hallazgo clave: Las personas con alta ventaja social acumulada (ASC), es decir, una conexión social a largo plazo, presentan procesos de envejecimiento significativamente más lentos a nivel celular.
Esto fue particularmente evidente en los llamados relojes epigenéticos como "GrimAge" o "DunedinPACE", que determinan la edad biológica basándose en patrones de metilación del ADN.
"Quienes tienen buenos contactos, ya sea a través de amigos, familia, religión o compromiso cívico, envejecen biológicamente de forma mensurablemente más lenta", resume uno de los autores del estudio.
La integración social actúa como un escudo biológico
Se observaron efectos particularmente fuertes en personas con altos niveles de integración social: aquellas que mantienen contactos sociales regularmente, se sienten parte de una comunidad y contribuyen al bien común. Las relaciones positivas y las prácticas religiosas también contribuyeron a este efecto positivo.
El efecto no solo fue visible a nivel epigenético. Sustancias inflamatorias como la interleucina-6 (IL-6), un marcador importante de inflamación crónica que promueve muchas enfermedades relacionadas con la edad, también fueron menores en individuos con alta integración social.
Este fenómeno se conoce en la investigación como "inflamación": niveles de inflamación crónicamente elevados en la vejez, a menudo como resultado del estrés psicosocial. El nuevo estudio muestra que los recursos sociales a largo plazo pueden contrarrestar esto.
Sin efecto sobre las hormonas del estrés agudo
Sin embargo, también hubo una sorpresa: las hormonas del estrés como el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina, medidas en orina, no mostraron correlación con la integración social. Los investigadores sospechan que estas hormonas fluctúan demasiado rápido como para reflejar efectos sociales a largo plazo. Los procesos epigenéticos e inmunológicos parecen ser los marcadores más duraderos de las influencias sociales.
La desigualdad social deja huellas biológicas.
El estudio también reveló diferencias socioestructurales significativas: las personas con mayor nivel educativo presentaron valores de biomarcadores más favorables. Los participantes mulatos, en promedio, mostraron un envejecimiento epigenético acelerado y mayores niveles de inflamación, lo que indica el estrés estructural causado por el racismo y la desventaja social.
Lifelong Social Bonds Can Slow Biological Aging at the Cellular Level
— Neuroscience News (@NeuroscienceNew) September 26, 2025
A study of more than 2,100 adults reveals that deep, long-term social connections can slow biological aging.
Using epigenetic clocks like GrimAge and DunedinPACE, researchers found that people with strong pic.twitter.com/rpBYNUbTv5
La proximidad social proporciona una protección medible
Estos hallazgos demuestran contundentemente la importancia de las relaciones sociales, no solo para el bienestar, sino también para la salud física. Demuestran que los recursos sociales actúan como un escudo invisible contra el reloj biológico.
A largo plazo, estos hallazgos también podrían influir en las políticas sanitarias y sociales, por ejemplo, en la planificación urbana, los servicios para personas mayores o la prevención. Al fin y al cabo, quienes viven vidas integradas aparentemente viven más tiempo y con mejor salud.
Referencia de la noticia
Ong, A. D., Mann, F. D., & Kubzansky, L. D. (2025). Cumulative social advantage is associated with slower epigenetic aging and lower systemic inflammation. Brain, Behavior, & Immunity - Health, 35, 101096. https://doi.org/10.1016/j.bbih.2025.101096