¡Devastador incendio forestal en Dirang, India! Imágenes muy impactantes de las montañas ardiendo

Un devastador incendio forestal arrasó con hectáreas de vegetación en Dirang, India. El viento fuerte y un abril inusualmente seco han dificultado los esfuerzos por controlarlo.
El cielo se volvió rojo. Desde Dirang, al noreste de la India, comenzaron a llegar imágenes que arden por dentro. El silencio de las montañas fue roto por el crepitar de las llamas, y en cuestión de horas, el verde desapareció bajo un resplandor anaranjado.
Dirang es una aldea del distrito de Kameng Occidental, en el estado de Arunachal Pradesh. Este rincón de los Himalayas, conocido por su belleza serena y su riqueza natural, no es ajeno al fuego. Esta vez, las llamas comenzaron cerca del bosque de Nadipar y, alimentadas por ráfagas de viento, no tardaron en escalar las laderas.
Videos captados por habitantes y rescatistas muestran un paisaje que estremece: fuego trepando laderas, el rojo avanzando implacable, y humo, un humo que sofoca incluso más allá de sus fronteras. Continúan los esfuerzos por contener el avance de las llamas, que ya han consumido varias hectáreas y amenazan reservas forestales.
Abril ha sido especialmente seco, y el viento, lejos de traer alivio, solo avivó las brasas. Cuando la tierra no tiene agua y el viento sopla fuerte, basta una chispa para incendiar la historia entera.

Dirang: un paraíso natural en peligro
Dirang es un refugio de biodiversidad enclavado en los Himalayas. Conocida por sus cautivadores paisajes montañosos, esta aldea tiene un valor estratégico para la conservación del Himalaya oriental.
Sus bosques mixtos y pinos alpinos albergan especies vulnerables, muchas de ellas endémicas. Un paraíso natural donde ríos, pinos, aves y aldeas han coexistido durante siglos.

Cuando olvidó llover
Y en pos del verde, abril suele traer algunas lluvias. Pero este año, la lluvia se ha vuelto esquiva. Entre el 1 de marzo y el 23 de abril de 2025, se registró un déficit drástico en la distribución estacional de lluvias en los estados del noreste de India.
Arunachal Pradesh, donde se ubica Dirang, recibió apenas 183.6 mm de lluvia en ese periodo, frente a los 388.7 mm que se consideran normales. Un déficit del 53 % que dejó la tierra seca. Preparada, sin saberlo, para arder.
Y ¡ojo! No fue solo el calor o la sequía: fue el viento. Las ráfagas alcanzaron los 50 km/h, y con ellas, las llamas cobraron vida propia. En regiones montañosas como esta, el aire se canaliza entre los valles y actúa como un fuelle natural para el fuego.
Además de la interacción valle-montaña, sistemas regionales conocidos como Bordoichila han influido en las condiciones. Son tormentas de temporada premonzónica que se caracterizan por vientos muy fuertes, descargas eléctricas y lluvia escasa o nula.
Las heridas que deja el fuego
Los bosques de Dirang no son solo paisaje: son hogar, sustento y memoria. Cada hectárea perdida representa una herida en la biodiversidad y en las comunidades que dependen del bosque para vivir. El suelo, ahora expuesto, queda vulnerable a la erosión. Y los animales que escaparon del fuego tal vez no encuentren ya alimento ni refugio.
El fuego empieza a ceder, pero la montaña sigue humeando. El olor a ceniza persiste como un duelo silencioso. Mientras, aún se investiga el origen de las llamas. Lo cierto es que abril llegó sin agua... y se marchó dejando cenizas. El mes que olvidó llover... ¿qué esconde? Hay lecciones en las brasas.