Un campamento ancestral plantea una nueva teoría sobre la migración humana

Los huesos encontrados en un sitio en Etiopía sugieren que las personas que vivían allí tuvieron que adaptar su dieta y costumbres para sobrevivir después de una súper erupción volcánica.

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Los científicos creen que el campamento se creó luego de una erupción volcánica.

La ubicación y la evidencia de un sitio arqueológico en Etiopía sugiere que los humanos antiguos adaptaron su dieta durante un período de sequía ocasionada por la erupción del volcán Toba hace 74,000 años.

La erupción de Toba, un supervolcán en la isla indonesia de Sumatra, fue la mayor erupción en la Tierra en los últimos 2 millones de años. Algunos investigadores creen que causó un invierno volcánico que duró varios años y que podría haber acabado con la mayoría de los humanos vivos en ese momento, pero la magnitud de su impacto es discutible.

"Fue un hallazgo bastante afortunado", dice John Kappelman de la Universidad de Texas en Austin, cuyo equipo descubrió el sitio en 2002. "No hay duda al respecto".

Los primeros yacimientos humanos son cuevas que estuvieron ocupadas durante decenas de miles de años, afirma. Pero este campamento no es como el resto, está en un sitio al aire libre cerca del río Shinfa, un afluente del Nilo Azul. "Nuestra corazonada es que este sitio estuvo ocupado durante unos cinco o diez años, o algo así", dice Kappelman.

La explicación del equipo para esto es que el río Shinfa es estacional y se seca, dejando pozos de agua en la estación seca. Inmediatamente después de la erupción del Toba, la estación seca fue más larga, por lo que era más fácil pescar en los pozos de agua cada vez más reducidos. Los investigadores sugieren que esto compensó la falta de animales terrestres para alimentarse.

El campamento

El equipo también encontró miles de astillas de piedra procedentes de la fabricación de herramientas, junto con algunas puntas de piedra que posiblemente sean de las puntas de flecha más antiguas jamás encontradas. "Tenemos pruebas del tiro con arco en forma de pequeñas puntas de piedra", afirma Kappelman.

Además había cáscaras de huevos de avestruz y huesos de muchos animales, algunos de los cuales tenían marcas de cortes y signos de haber sido calentadas al fuego. Entonces, los investigadores creen que la gente traía animales al sitio para matarlos y cocinarlos.

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Imágenes de los restos hallados en el campamento

En medio de la capa de sedimento que contiene fragmentos de piedra y huesos, el equipo también encontró ceniza volcánica en forma de minúsculos trozos de vidrio conocidos como criptotefra. "Son simplemente diminutos fragmentos de vidrio", dice Kappelman, y su composición coincide con otras muestras de la súper erupción de Toba.

Un análisis isotópico de los caparazones de avestruz sugiere que el clima se volvió más seco después de la erupción. Esto coincide con una cuadruplicación en la cantidad de restos de peces observados y una disminución en otros tipos de restos de animales. “En los años siguientes, los restos de comida volvieron a los niveles anteriores a la erupción, sin signos de una muerte masiva", dice Kappelman.

Migraciones fuera de África

Algunos científicos están convencidos de que las grandes migraciones de África se dieron durante periodos con climas muy húmedos. De esta manera, la lluvia les permitía sobrevivir el tiempo suficiente para cruzar las grandes extensiones áridas y desérticas entre África y Eurasia.

Este campamento apoya la idea de otros investigadores que creen que las migraciones también ocurrían con climas secos ya que podían adaptarse. Esto significa que los humanos modernos podrían haber salido de África hace 60.000 años, incluso en época de sequía.

Es posible que las primeras migraciones de humanos menos desarrollados sí dependieran de un clima húmedo. Pero con el tiempo, los humanos se volvieron más adaptables y podían vivir en diferentes climas.

“Este es un artículo intrigante por muchas razones: el vínculo posiblemente preciso con la súper erupción de Toba, la evidencia ambiental, los comportamientos de subsistencia, incluida la pesca, el posible uso de arco y flecha, y las adaptaciones de comportamiento que podrían haber facilitado las dispersiones desde África. ”, dice Chris Stringer en el Museo de Historia Natural de Londres.

"Estoy seguro de que cada una de estas propuestas alimentará el debate, pero creo que los autores han presentado argumentos plausibles, aunque no definitivos, para cada escenario que proponen", afirma.

Referencia de la noticia:

Kappelman, J., Todd, L.C., Davis, C.A. et al. Adaptive foraging behaviours in the Horn of Africa during Toba supereruption. Nature (2024). https://doi.org/10.1038/s41586-024-07208-3