Flores todo el verano con casi nada de agua: la opción perfecta para balcones soleados

Existe una especie que te regalara flores hermosas todo el verano y que además de todo esta llena de beneficios y propiedades medicinales con la que podrás hacer infusiones y hasta pomadas caseras.

Se puede sembrar a finales de primavera y tener floración durante todo el verano.

Cuando las temperaturas suben, en algunas ocasiones el sol se vuelve insoportable, incluso para las plantas. El agua escasea, las hojas se secan con rapidez, las macetas se calientan y muchas plantas no logran sostenerse, y siendo honestos, ante este escenario pensar en cultivar flores en nuestro hogar, se convierte en una idea poco realista.

Sin embargo, existen flores que se adaptan. Una de ellas es la caléndula Calendula officinalis, una planta resistente que puede florecer durante todo el verano, incluso con poco riego o una exposición directa al sol. Su floración no es discreta: esta llena de colores intensos, formas y una apariencia que transmite energía y salud.

Desde hace cientos de años se ha utilizado por sus propiedades medicinales y cosméticas, y con justa razón. Porque con ella se pueden hacer infusiones, pomadas, aceites... tiene ese toque de planta todoterreno que sirve para cuidar la piel como para calmar algunos malestares del cuerpo.

Y si tienes un huerto, en macetas o en tu jardín, la caléndula será una gran compañera: porque ayuda a controlar ciertas plagas de manera natural, atrae insectos benéficos y le da más vida a nuestro Edén. Es como esa planta que aporta en todos los sentidos, sin dar problemas. Tenerla es fácil, y además aporta equilibrio al ecosistema.

Los pétalos de caléndula también se usan en preparados homeopáticos para tratamientos de cicatrización.

Lo mejor de todo es que la caléndula tiene ese equilibrio perfecto entre una planta fácil de cuidar y que a la vez aporta un sin fin de beneficios. Es perfecta si no tienes mucho tiempo o si apenas estás empezando con tu huerto y no quieres complicarte la vida.

¿Qué tipo de flor es la caléndula?

La caléndula, conocida por su nombre científico Calendula officinalis pertenece a la familia Asteraceae, la misma que incluye a las margaritas, los girasoles y crisantemos. Es una planta de rápido crecimiento, con tallos que pueden alcanzar alturas entre 30 y 60 centímetros, que tiene hojas alargadas, suaves al tacto y con una ligera vellosidad.

Hay quienes usan sus pétalos como colorante natural en alimentos, especialmente en ensaladas o postres, debido a su pigmentación rica en carotenoides.

Es originaria del sur de Europa, aunque hoy en día es cultivada en diversas partes del mundo. Su nombre proviene del latín calendae, que hace referencia al primer día de cada mes, ya que se creía que florecía al iniciar cada ciclo lunar. Es una planta que puede mantenerse en flor durante varias semanas si se le dan los cuidados adecuados.

Una de las características más valiosas de la caléndula es su alto valor terapéutico. No es una planta milagrosa, pero sí tiene una eficacia comprobada en el tratamiento de irritaciones leves de la piel, quemaduras solares, picaduras, cortes pequeños y dermatitis.

La flor de la caléndula contiene compuestos activos como flavonoides, carotenoides, triterpenoides, aceites esenciales y saponinas. Estos componentes le otorgan propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes, antifúngicas y antibacterianas, que han sido aprovechadas en fitoterapia y cosmética desde la antigüedad.

Si cultivas caléndula en casa, puedes aprovechar sus flores de diversas maneras. Por ejemplo:

  • Infusión para uso interno o externo: Coloca 1 cucharada de flores secas (o frescas recién cosechadas) en una taza de agua caliente. Deja reposar 10 minutos. Esta infusión puede tomarse para aliviar malestares digestivos, como acidez o espasmos estomacales, gracias a su acción antiinflamatoria.
  • Aceite de caléndula: Llena un frasco limpio con flores frescas o secas, cúbrelo completamente con aceite vegetal (como oliva o almendra), y deja macerar durante 2 a 3 semanas en un lugar cálido y oscuro. Luego se filtra y se guarda en un envase opaco. Este aceite es excelente para masajes, cuidado de la piel seca o tratamientos después del sol.
  • Pomada casera: Puedes preparar una crema mezclando cera de abeja con el aceite macerado de caléndula. Basta con calentar ambos a baño maría, remover y verter en un frasco mientras aún está líquido. Una vez frío, se solidifica y queda lista para aplicarse en zonas agrietadas, heridas leves o labios partidos.

Cuidados esenciales en el huerto

Aunque la caléndula es una especie resistente, vale la pena mantener algunos cuidados para que se mantenga saludable. Para empezar; lo ideal es tenerla en un sitio donde el sol sea directo la mayor parte del día. Si hay sombra parcial pero con buena luz, también puede adaptarse, aunque tendrá menos cantidad de flores.

Las flores de esta flor pueden ir del amarillo pálido al naranja profundo y tienen un diseño radial con diversos pétalos que se abren durante el día.

El sustrato tiene que ser ligero, con buen drenaje, y mejor aún si contiene algo de materia orgánica. Puedes cultivarla en camas de cultivo, macetas, jardineras o directamente en tierra. No es una planta exigente en nutrientes, pero si al inicio le das un poco de composta madura, crecerá mucho más fuerte desde el principio.

Un detalle importante es evitar mojar directamente las hojas y flores al regar, ya que eso podría favorecer la aparición de hongos

En cuanto al riego, lo mejor es mantener una humedad en pocas cantidades pero de manera constante. Nada de encharcamientos, porque eso sí la puede afectar. Un detalle importante es evitar mojar directamente las hojas y flores al regar, ya que eso podría favorecer la aparición de hongos.

Otro punto que no hay que olvidar es la poda. Si vamos retirando las flores que ya se marchitaron, la planta va a seguir floreando por más tiempo y si dejamos que algunas flores terminen su ciclo y se sequen por completo, podremos recolectar las semillas de manera más sencilla.

En el huerto, la caléndula es una gran compañera para cultivos como la lechuga, la zanahoria o el tomate, ayuda a repeler plagas como los pulgones y al mismo tiempo atrae insectos benéficos, como abejas y mariposas, que ayudan con la polinización. Su presencia mejora la dinámica del huerto y lo hace más diverso.

La caléndula es de esas plantas que se notan. Tiene color, aporta valor y florece en el momento en que mantener otras plantas se vuelve complicado, y además ofrece beneficios tanto para la salud como para el entorno. A veces, para tener un huerto solo es cuestión de elegir las plantas que te facilitan el camino y la caléndula, sin duda, es una de ellas.