Los países alcanzan un acuerdo histórico para combatir futuras pandemias en la Asamblea de la OMS

Mientras las naciones continúan lidiando con los efectos duraderos de la COVID-19, esta semana se alcanzó un acuerdo histórico para garantizar una acción rápida y efectiva para proteger vidas y medios de subsistencia en la próxima pandemia.

La COVID-19 paralizó al mundo hace poco más de 5 años y provocó la muerte de más de 7 millones de personas.

¿Alguna vez te has parado a pensar si estamos preparados para la próxima pandemia? Este es un tema que se debatió esta semana en Ginebra (Suiza), donde se firmó un acuerdo internacional. Mientras las naciones continúan lidiando con los efectos duraderos de la COVID-19, los líderes de la salud han adoptado un plan que permitirá una respuesta rápida y efectiva en la próxima crisis, protegiendo vidas y medios de subsistencia.

En la 78ª Asamblea Mundial de la Salud, la principal reunión de salud de las Naciones Unidas, funcionarios de varios países abordaron temas importantes como la preparación para pandemias, los riesgos relacionados con el clima, la salud mental, la atención materna y la justicia ambiental.

Así, el pasado martes (20/05), los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptaron durante la Asamblea, formalmente y por consenso, el primer Acuerdo sobre Pandemias del mundo.

Una decisión histórica que es el resultado de más de tres años de intensas negociaciones iniciadas por los gobiernos en respuesta a los efectos de la pandemia de COVID-19, con el objetivo de que el mundo esté mejor preparado y promover una respuesta más equitativa ante futuras pandemias.

"Una victoria para la salud pública, la ciencia y la acción multilateral, que garantizará que, colectivamente, podamos proteger mejor al mundo contra futuras amenazas".

Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS.

En este artículo os mostramos los temas destacados durante la Asamblea y que dan cuerpo al acuerdo alcanzado:

Un acuerdo con esperanza y optimismo, pero con cautela

La COVID-19 ha demostrado que existen enormes desigualdades en el acceso a diagnósticos, tratamientos y vacunas, tanto dentro como entre los países miembros. Los servicios de salud se vieron desbordados, las economías sufrieron y se perdieron millones de vidas.

Por esta razón, los países miembros trabajaron juntos para crear un acuerdo que hiciera más justa y eficiente la respuesta a futuras pandemias. Este acuerdo planteó algunas cuestiones delicadas, como la soberanía de los países y los derechos de propiedad intelectual.

La reunión donde se firmó el acuerdo sirvió para discutir temas importantes como la preparación ante pandemias, riesgos relacionados con el clima, salud mental, atención materna y justicia ambiental.

Después de que muchos de los países más pobres del mundo se quedaron sin vacunas y diagnósticos durante la pandemia de COVID-19, el acuerdo tiene como objetivo garantizar que los medicamentos, las terapias y las vacunas sean accesibles a nivel mundial cuando llegue la próxima pandemia.

El cambio climático: una amenaza real

El cambio climático no sólo afecta al tiempo, sino también a la salud de las personas. Los fenómenos meteorológicos extremos y los brotes de enfermedades están aumentando y poniendo en riesgo millones de vidas. La OMS propone que las políticas de salud y clima trabajen juntas para fortalecer a las comunidades vulnerables y garantizar recursos para abordar sus efectos nocivos.

Se publicó un borrador del plan luego de una resolución adoptada en la conferencia de 2024, y se espera que los delegados finalicen el borrador este año, que incluye estrategias para adaptarse y mitigar los riesgos para la salud relacionados con el clima.

Salud para todos: un avance lento

Garantizar que todas las personas tengan acceso a servicios de salud de calidad es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), que todos los Estados miembros de la ONU firmaron en 2015.

Sin embargo, en la práctica, el progreso ha sido lento y estancado en los últimos años, por lo que en la Asamblea los delegados discutieron formas de fortalecer los sistemas de salud, garantizar una financiación sostenible y una mejor atención a las poblaciones más vulnerables.

La supervivencia de los sistemas de salud, particularmente en los países en desarrollo, es una de las principales preocupaciones de la OMS.

Uno de los objetivos es garantizar que los fabricantes donen el 20 % de sus vacunas, medicamentos y pruebas a la OMS durante una pandemia, para que los países más pobres tengan acceso.

Comienzos saludables: cuidado de la salud materna y neonatal

Cada año, casi 300,000 mujeres mueren por complicaciones durante el embarazo o el parto, y más de dos millones de recién nacidos mueren en el primer mes de vida. Para cambiar esta realidad, la OMS ha lanzado una campaña para poner fin a estas muertes evitables, animando a los gobiernos a priorizar la salud de las mujeres y los recién nacidos.

Lucha contra las enfermedades no transmisibles

Las enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes matan a millones de personas cada año, especialmente en los países más pobres. Muchas de estas vidas se pueden salvar con acciones más contundentes y accesibles, como exámenes, tratamientos y cuidados paliativos. El acceso a medicamentos y tecnologías sanitarias para combatir estas enfermedades y también la salud mental fue uno de los temas discutidos en esta Asamblea.

Organiza tus finanzas

Este no ha sido un año fácil para la OMS, con recortes de financiación de algunos países, incluido Estados Unidos de América (EE.UU.), que abandonó la organización de la ONU el primer día del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en enero.

Para sostener la labor de la OMS, los países están negociando un aumento del 50% en el presupuesto básico, además de buscar contribuciones voluntarias, que ayudarán a fortalecer la organización en tiempos difíciles

Este Acuerdo fue aprobado con 124 votos a favor, 0 en contra y 11 abstenciones, entre ellos Eslovaquia, Polonia, Italia, Israel, Rusia e Irán, y habiendo sido ya impugnado por EE.UU., en particular por el Secretario de Salud estadounidense, Robert F. Kennedy Jr, quien calificó a la organización de “hinchada” y “moribunda”.