Nuevos virus alojados en hielo tibetano han sido descubiertos

Asia sigue dando de que hablar, ya que se encontraron nuevos virus y bacterias en la meseta tibetana, alojados dentro de casquetes de hielo de 15 mil años de antigüedad. ¿El cambio climático podría descongelarlos?

Virus, bacterias
Expertos aseguran que encontraron virus en la meseta tibetana, dentro de casquetes de hielo con 15 mil años de antigüedad.

Un equipo de científicos de la Universidad de Nebraska, la Universidad Estatal de Ohio y el Instituto Conjunto del Genoma del Departamento de Energía de EU., encontraron congelados en la meseta tibetana 28 grupos de virus y bacterias desconocidos, alojados en la capa con 15 mil años de antigüedad. A unos 6,700 metros de altura, al oeste de las montañas Kunlun en la región China, donde existe una de las capas de hielo más antiguas de la Tierra.

Se trata del casquete de Guliya, unos 200 kilómetros cuadrados de corteza de hielo que comenzó a formarse antes de que finalice la última edad de hielo. Eso lo convierte en un registro de los últimos 130 mil años de la historia de nuestro planeta, o más.

Los científicos tomaron dos muestras de núcleos de este hielo de 50 metros de profundidad. Para llegar al núcleo interno del hielo usaron una sierra esterilizada trabajando en una habitación a -5°C, para raspar las capas y acceder al hielo no contaminado. Emplearon etanol y agua estéril para derretir y lavar un centímetro más de hielo, empleando un procedimiento de muestreo microbiano y viral ultra limpio.

En su interior encontraron decenas de bacterias desconocidas y lograron identificar 33 grupos de virus, de los cuales 28 eran nuevos para la ciencia. El investigador Zhi-Ping Zhong, que encabeza este estudio expone: “los glaciares del planeta se están encogiendo rápidamente, esto podría llevar a la pérdida de archivos virales y microbianos de los regímenes climáticos de la Tierra en el pasado; sin embargo, en el peor escenario posible la fusión del hielo podría liberar patógenos al medio”.

Virus en el Tibet
Son dos muestras de núcleos de hielo de 50 metros de profundidad del casquete de Guliya, las que arrojaron resultados contundentes.

Revisando la historia

Los testigos de hielo esconden muchos secretos de la historia de nuestro planeta, podemos descubrir lo que le pasaba a la atmósfera hace incluso medio millón de años atrás. Los científicos comenzaron a estudiar las bacterias encontradas en el hielo glaciar desde principios del siglo XX, y con mayor énfasis desde la década de los ´80.

Este tipo de investigaciones, mayoritariamente están enfocadas a conocer cómo fue el clima pasado en la Tierra, a través del estudio de las comunidades microbianas archivadas en los glaciares. Por otro lado, se ha estudiado muy poco a los virus en el hielo glaciar antiguo, (sólo hay dos informes al respecto), un estudio se realizó en Groenlandia con hielo de hace 140 mil años, y otro en el núcleo de hielo de Vostok.

Influencia nociva del calentamiento global

Tal vez recuerden el brote de ántrax en una parte remota de Siberia del año 2016, el cual fue atribuido a las esporas del virus liberado de restos de un reno, enterrados en el permahielo durante 75 años. En aquel momento, una ola de calor fue la responsable de su reaparición por las altas temperaturas registradas en la zona. Si los glaciares de todo el mundo continúan disminuyendo aceleradamente, entonces los virus y microbios congelados en la antigüedad podrían ser expuestos.

Esto trae dos consecuencias, por un lado se teme que se pierdan para siempre si no se catalogan a tiempo (o sea, antes de que los glaciares se derritan); y por el otro lado la peor consecuencia “que la rápida fusión de hielo que experimentamos por el calentamiento global libere patógenos al medio ambiente”, aclararon los científicos.

Virus en el hielo tibetano
Científicos aseguran que: "La rápida fusión de hielo que experimentamos por el calentamiento global, puede liberar patógenos al medio ambiente”.

El estudio de estos “nuevos virus” que eran parte de nuestro planeta hace 15 mil años, es importante porque le ofrece a los profesionales más detalles sobre el clima de ese momento, qué microbios y virus pudieron sobrevivir a las distintas condiciones extremas, ademas de, ayudar a prevenir futuros brotes de enfermedades.