La erupción volcánica en Tonga provocó el flujo submarino más rápido jamás registrado: ¡122 km/h!

El evento de enero de 2022 sigue sumando récords: ahora confirman que la corriente de densidad obtenida fue un 50% más rápida que cualquiera que se haya registrado anteriormente.

erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai
Hunga-Tonga Hunga-Ha'apai dejó varios récords en su haber, entre ellos, la columna de erupción más alta jamás registrada.

Un grupo internacional de investigadores reveló que la erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai, que tuvo lugar el 15 de enero de 2022 en el archipiélago de Tonga, desencadenó un flujo de escombros submarinos altamente destructivo y de rápido movimiento nunca antes visto, según informó este jueves 7 el Instituto de Investigación del Agua y la Atmósfera de Nueva Zelanda.

En una investigación recientemente publicada en la revista Science, se reportó que el momento en que el material volcánico fue expulsado al océano se produjo un enorme torrente de cenizas, rocas y gases que viajó más de 100 kilómetros a través del fondo marino, alcanzando velocidades de hasta 122 km/h.

Los científicos explicaron que esta “corriente de densidad” fue un 50% más rápida que cualquier otra que se haya registrado anteriormente.

Asimismo, mencionaron que la corriente piroclástica modificó el fondo marino alrededor del volcán, removiendo alrededor de 10 kilómetros cúbicos de material rocoso. Como resultado, se terminaron creando socavaciones y canales de más de 100 metros de profundidad.

Recordemos que este evento ya ha quebrado muchos récords, entre ellos:

  • La altura alcanzada de la columna eruptiva: 58 km,
  • la mayor perturbación atmosférica en la historia instrumentada,
  • la tormenta eléctrica más intensa: 2600 rayos por minuto.

Siguiendo la pista de la destrucción en cables submarinos

El equipo de investigación se basó en las ubicaciones y los tiempos de los daños en dos cables submarinos para calcular la velocidad del flujo de escombros.

Había dos cables operativos cerca del volcán, uno conectaba Tonga a Internet global y el otro distribuía este servicio a las islas locales. El cable doméstico, a 50 kilómetros de Hunga-Tonga, fue el primero en caer, 15 minutos después del inicio del principal evento eruptivo.

El cable internacional, a unos 70 kilómetros de distancia, llegó aproximadamente una hora después. Detallaron que la potencia del flujo destruyó en total casi 200 kilómetros de cables de telecomunicaciones submarinos.

erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai
Imagen tomada por el satélite meteorológico Himawari-8 en la que se aprecia la erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai. Fuente: Japan Meteorology Agency / AP

Para poner estas velocidades en el contexto de otras corrientes de densidad, BBC indica que una avalancha de nieve en una montaña podría alcanzar hasta 250 km/h; y el clásico flujo de escombros de un volcán terrestre, llamado flujo piroclástico, puede alcanzar hasta 700 km/h. Pero se tratan de fenómenos en los que las partículas en suspensión empujan el aire. En el caso de los flujos submarinos de Tonga, avanzaban a través del agua, lo que habla de su densidad y potencia.

"Lo que es impresionante es que el cable internacional de Tonga se encuentra en un valle del fondo marino al sur del volcán, lo que significa que el flujo tenía suficiente potencia para subir cuesta arriba sobre enormes crestas y luego volver a bajar", señaló la científica Emily Lane.

Apuntalar la seguridad de las conexiones submarinas

Lo ocurrido en Hunga-Tonga tiene implicancias para las empresas que operan la red mundial de cable submarino. Más del 99% de todo el tráfico de datos entre continentes pasa a través de estas conexiones, incluidas transferencias de dinero diarias por valor de billones de dólares, indica BBC.

El investigador Mike Clare, coautor del trabajo, sostuvo que "los hallazgos de este importante estudio" están siendo empleados por las compañías que fabrican cables submarinos con el propósito de "diseñar redes de comunicaciones más resistentes en regiones volcánicamente activas". Además, reiteró que este medio de comunicación interoceánico es "una parte fundamental en nuestras vidas", por lo que es necesario cerciorarse de su seguridad.