El 'milagro' climático que permite que en el desierto de Baja California crezcan las mejores uvas de México
Entre valles rodeados de desiertos e increíbles aguas oceánicas, existe un destino que con el pasar del tiempo, ha ido ganando atención de los amantes del vino.

En este destino del territorio mexicano se concentra alrededor del 70 % de la producción nacional de vino. Sus particulares condiciones geográficas, el clima y la cultura vinícola han permitido que sea un referente nacional e internacional de esta bebida de alta calidad.
Sus áridas tierras en las que gran parte del año predominan cielos despejados, favorecen el cultivo de la vid y la elaboración de vino tinto. Baja California ha migrado de preparar este fermento, de un proceso artesanal a convertirse en un polo turístico, cultural y de gran impulso económico para la región.
La zona costera, en donde se incluyen municipios como Tijuana, Tecate, San Quintín y Ensenada producen en conjunto más de 22 mil toneladas de uva industrial, que representa una derrama económica de más de 595 millones de pesos, conforme a los datos de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural.

Hacia el extremo Noroeste del país, la industria vitivinícola ha crecido de forma sostenida durante la última década. Recientemente, la derrama económica superó los 800 millones de pesos. Además ofrece más de 10 mil 500 empleos directos e indirectos.
Más de 4 mil hectáreas de viñedos destinadas para la producción de vid
Se estima que son alrededor de 4 mil 365 hectáreas de viñedos, destinados a la producción de vid para uva tinta. De ellos, el Valle e Guadalupe es el más emblemático, con alrededor de 2 mil hectáreas cultivadas. Muchos de estos viñedos forman parte de la famosa Ruta del Vino.
Ahí se combina la hospitalidad de los lugareños, experiencias turísticas inolvidables y producción de vino de alta calidad. Mucha de la producción de esta región se destina a los mercados de exportación, que están enfocadas principalmente para nichos gourmet y restaurantes.
Clima mediterráneo
Baja California ofrece condiciones especiales para el cultivo de la vid; el Valle de Guadalupe destaca por su clima mediterráneo. En esta zona, la uva se desarrolla para luego transformarse en vinos de gran calidad, que son reconocidos a nivel internacional. La Ruta del Vino se compone de ocho valles.
En esas tierras originalmente se cultivaba cebada y trigo, pero con el empobrecimiento de la tierra y la presencia de las recurrentes sequías, los lugareños se vieron obligados a experimentar con otros cultivos. Fue en el año de 1917 que se plantó el primer viñedo.

La altitud, temperatura ambiente y la calidad de la tierra son los elementos fundamentales para la producción de este exquisito vino. Comunidades provenientes de naciones como España, Rusia o Italia, han servido para que el prestigio de estas bebidas trascienda las fronteras mexicanas.
Festivales alrededor del vino
Durante el transcurso del año, suceden varios eventos relacionados con el vino, que culminan con la Fiesta de la Vendimia: en febrero se presenta el Festival de las Conchas y el Vino Nuevo, en donde se le reconoce al mejor vino del año precedente. Ahí se le acompaña con productos de la región.
Para el mes de mayo, con el Viñedo en Flor, se celebra la aparición de los primeros ramos de uvas, que son engalanados con espectáculos hípicos y bailes folclóricos. En julio tiene lugar la feria del Guateque, en donde la cata de vinos de producción artesanal se combina con la presencia de música.
Hacia el mes de agosto tiene lugar la tan ansiada Fiesta de la Vendimia, en donde tienen lugar diversos eventos gastronómicos, culturales y enológicos. Esta es la gran fiesta anual y es recomendable adquirir las entradas con suficiente anticipación.
Hospedajes, rutas y recorridos
La Ruta del Vino ha tenido mucho éxito. Con el paso del tiempo han surgido diversas propuestas de alojamiento en lo que antiguamente eran haciendas vinícolas, que se han transformado en increíbles hoteles boutique. Existe además la alternativa que buscar alojamiento en Ensenada, destino que además ofrece espectaculares vistas en sus playas.
Desplazarse por el Valle de Guadalupe, permite conocer viñedos entre destinos como Ensenada y Tecate, que originalmente fueron plantados por colonos procedentes de naciones europeas como Italia. Casas productoras de la región tienen influencia rusa y conservan algunas tradiciones en su recuerdo.
Dentro de las opciones gastronómicas que se ofrecen en las verbenas populares, se encuentra la paella. También se pueden disfrutar de representaciones artísticas como jazz o tango. Explora las diversas rutas y hospedajes, antes de emprender tu viaje y gozar de la mejor experiencia.